Diversidad e igualdad

Publicado el Miércoles, 03 de Febrero de 2016

La inclusión en el aula

 

Nuestra forma de pensar, de comportarnos frente a los demás,  nuestra forma de vestir, de caminar, de mirar, nuestros rasgos faciales….todo ello y mucho más nos hace diferente al resto, así como, nuestra forma de aprender, de ver el mundo o de experimentarlo, siempre lo hacemos desde una perspectiva única.

Como seres únicos debemos respetar esa diversidad que existe en nuestro entorno. Debemos conocer y darnos a conocer tal y como somos, pues no se trata de que seamos maquinas con un fin común, sino, más bien, seres únicos con ideas únicas y gustos únicos.

La vida en el aula no es más que el reflejo de lo descrito anteriormente.

Como seres distintos, cada uno de nuestros alumnos presenta necesidades distintas, y en ningún caso, esto es un aspecto negativo, al contrario.

Hay alumnos más tímidos, otros más rezagados, otros más inquietos, otros más habladores, otros con mayores dificultades para aprender y una larga lista de etcéteras tan inmensa como alumnos hay.

Lo importante es que todos ellos forman un colectivo de aprendizaje único, se conocen, se adaptan y valoran a su igual con sus defectos y virtudes. De todos podemos aprender y a todos podemos enseñar. Respetar la variedad nos hace seres más capaces. A mayor diferencia, mayor diversidad, mayor riqueza.  

Esta diversidad no solo aporta riqueza al alumno sino que también lo hace en el aula  al profesor, y a todos aquellos que conforman el contexto del mismo.

 

A veces, esta diversidad no parece resultar tan atractiva y cómoda para algunos papás que creen que hay niños que no deberían estar en el mismo aula que sus hijos, pues caen en el error de pensar que el aprendizaje se verá interrumpido por ciertos comportamientos, o ciertas dificultades de otros alumnos. Erramos al creer que solo aprendemos si obviamos ciertos supuestos “estímulos negativos del entorno” que se pueden dar en el aula a mano de otros compañeros.

Creemos que es evidente que nuestro aprendizaje avanzará cuando no sentamos al lado del que menos habla, del más inteligente o del menos diferente.

Debemos aprender que toda nuestra etapa educativa será un reflejo de lo que vivamos como adultos, todo lo que sembremos en nuestra etapa infante será lo que recojamos como adultos, es por ello que no podemos elegir como padres el camino de los más pequeños, no es licito pensar que nuestro hijo no puede estar en el mismo aula con una persona que venga de otro país, o que tenga otras capacidades distintas a las mías…pues en un futuro, nuestros hijos sean de la condición que sean deberán formar parte del mismo conjunto que formamos todos los que creemos en la inclusión.

Somos seres inteligente, nos somos maquinas, aprendemos de los demás, aprendemos a ver, trasmitir, tocar, ser, hacer ...en parte gracias a los demás, gracias a la imitación a rechazar lo que no nos gusta, a comprender situaciones, a progresar en la adversidad, a sentir y creer que podemos lograrlo por nosotros mismos y nunca pisando a mi igual.

Creemos en la inclusión, creemos en la igualdad de todos nuestros alumnos sean cuales sean sus necesidades, sin importar ni condición física, psíquica, cultural o social.

 

 

“Me es muy difícil entender la naturaleza de todas las cosas, es natural ser diferente, esta diferencia nos hace únicos ante los demás… entonces ¿por qué me señalas como diferente a ti?; ¿acaso no somos distintos y por lo tanto en esencia lo mismo?” Yadiar Julián